Las toxinas de Coley llevan el nombre de William Coley, el oncólogo quirúrgico que impulsó el campo de la inmunoterapia moderna contra el cáncer. El interés por las toxinas de Coley ha resurgido en Biotherapy International debido a su potencial en el desarrollo de vacunas personalizadas contra el cáncer.
Historia de las toxinas de Coley
El Dr. William B. Coley fue un oncólogo quirúrgico en el Hospital de cirugía especial de Nueva York. Aunque ya se sospechaba del vínculo entre las infecciones bacterianas graves y la regresión espontánea del cáncer, Coley fue el primero en describir el proceso de activación del sistema inmunológico del paciente mediante toxinas bacterianas para imitar la sepsis inducida por bacterias vivas como tratamiento contra el cáncer.
La idea original de Coley surgió tras observar a un paciente con sarcoma cutáneo incurable y resistente, cuya enfermedad retrocedió completamente tras una infección grave con la bacteria *Streptococcus*. A partir de esta observación, diseñó una toxina usando una mezcla estéril de distintos tipos de bacterias (*Streptococcus pyogenes* y *Serratia marcescens*) para inducir efectos terapéuticos similares de manera segura.
Esta mezcla, conocida hoy como las toxinas de Coley, provocaba fiebre y escalofríos, clínicamente similares a los signos de una infección real. Coley observó que algunos pacientes respondían con una regresión completa del tumor. Lamentablemente, esta importante observación de hace más de 120 años fue ignorada por las grandes industrias farmacéuticas, más interesadas en promover el uso de agentes quimioterapéuticos patentables.
Uso de las toxinas de Coley
Las toxinas de Coley suelen administrarse sistémicamente para activar el sistema inmunológico del paciente de manera inespecífica, lo que generalmente provoca escalofríos intensos y fiebre. Un enfoque más simple, prometedor y seguro consiste en mezclar lisados de células cancerosas criopreservadas o frescas con la toxina de Coley, y usar dicha mezcla como una vacuna anticancerígena.
Un tratamiento similar, e incluso mejor, se puede lograr inyectando la toxina de Coley directamente en una o más metástasis visibles, siempre que sea técnicamente factible y seguro. Esto convierte la lesión cancerosa existente en una vacuna «in situ». En ambos casos, los efectos inmunoterapéuticos de dicha vacunación anticancerígena se pueden potenciar con la activación adicional del sistema inmunológico en paralelo.
Las toxinas de Coley están disponibles en Biotherapy International. Sin embargo, debido a restricciones regulatorias, el uso sistémico de las toxinas de Coley o su aplicación en la preparación de vacunas anticancerígenas solo puede realizarse en una de nuestras clínicas asociadas en el extranjero.