Los tratamientos antiangiogénicos están diseñados para prevenir el crecimiento de tumores cancerosos o destruir los vasos sanguíneos que suministran sangre a estos tumores y a las metástasis cancerosas. El crecimiento rápido de las células cancerosas depende de un suministro sanguíneo adecuado, ya que se considera que las células tumorales no pueden superar un tamaño de 1 o 2 milímetros sin la presencia de vasos sanguíneos que las alimenten. Por esta razón, muchos tipos de cáncer inducen el crecimiento acelerado de vasos sanguíneos para apoyar la proliferación continua de las células malignas. El objetivo de los tratamientos antiangiogénicos es ralentizar el crecimiento del tumor o incluso reducir su tamaño.
¿Qué es la Angiogénesis?
La angiogénesis es el proceso mediante el cual se desarrollan nuevos vasos sanguíneos, generalmente activado por una proteína llamada factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF, por sus siglas en inglés).
¿Cómo Funcionan los Tratamientos Antiangiogénicos?
Los tratamientos antiangiogénicos utilizan inhibidores de la angiogénesis para bloquear el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en y alrededor de las lesiones cancerosas, con el objetivo de reducir el suministro sanguíneo directo y minimizar o prevenir el crecimiento tumoral. De este modo, los tratamientos antiangiogénicos constituyen una terapia de apoyo eficaz contra los cánceres de rápido crecimiento. Este tipo de tratamiento se puede utilizar de manera segura junto con la quimioterapia convencional o en combinación con la inmunoterapia.